
Escultural, elegante y decididamente de diseño, la chimenea suspendida se impone como un verdadero elemento escultórico en el interior de un espacio. Sin embargo, para garantizar su rendimiento y su seguridad, la instalación de un aparato de este tipo requiere un saber hacer preciso y un alto rigor técnico. Los expertos del grupo JC Bordelet le explican todo lo que debe saber antes de emprender un proyecto de este tipo.

Atrae todas las miradas, delimita los espacios sin cerrarlos y difunde un calor envolvente. La chimenea suspendida hace soñar a todos los amantes de la decoración de interiores. Estética, seguridad y rendimiento: aquí le explicamos todo lo que debe saber para instalar con éxito una chimenea suspendida.
La chimenea suspendida es un aparato de calefacción que generalmente funciona con leña (troncos o pellets) o con gas, según el modelo. Su principal característica es su instalación fijada al techo, lo que le permite quedar completamente liberada del suelo. En la mayoría de los casos es central, aunque también puede ser giratoria. Cuando se instala en el centro de la estancia, ofrece una visión de la llama a 360° y difunde un calor homogéneo y envolvente en toda la habitación.
Muy apreciada por su estilo único, la chimenea suspendida seduce a los amantes del diseño y la arquitectura de interiores. Encuentra de forma natural su lugar en interiores contemporáneos, amplios y luminosos, donde crea un efecto espectacular. Minimalista o decididamente moderna, aporta carácter sin recargar el espacio. En un salón, se convierte rápidamente en el corazón palpitante de la estancia: un lugar al que apetece acercarse para leer, descansar o reunirse para conversar y contemplar la llama.
La chimenea central y suspendida también puede estructurar los volúmenes de una gran zona de estar, creando una separación natural entre el salón y el comedor, al tiempo que calienta todo el espacio.
Aunque es voluminosa, su suspensión libera el suelo y permite la circulación de la luz, reforzando la sensación de amplitud. Otro de sus grandes atractivos estéticos es la visión del fuego, realzada por amplias superficies acristaladas que ofrecen un espectáculo cálido y relajante.
Desde el punto de vista técnico, la chimenea suspendida ofrece excelentes prestaciones: su radiación térmica es amplia, homogénea y eficaz. Su diseño también facilita el mantenimiento diario: sin base ni revestimiento en el suelo, la limpieza resulta sencilla y rápida. Tanto en proyectos de renovación como en obra nueva, a menudo es posible conectar el aparato a un conducto de humos existente, siempre que sea adecuado y conforme a la normativa. En este caso, la opinión de un profesional es indispensable.
Según el modelo elegido y los materiales utilizados, una chimenea suspendida puede pesar entre 120 y 250 kg. Este dato exige una vigilancia absoluta durante la instalación. La fijación directa a un techo de hormigón es una opción, pero la solución ideal sigue siendo la instalación sobre un forjado o vigas estructurales: sólida y fiable, permite la instalación sin refuerzos adicionales. En cambio, en una vivienda con estructura de madera o con una estructura metálica tipo viga IPN, es imprescindible realizar un diagnóstico preciso.
Elementos de fijación a medida, perfectamente adaptados a la configuración del techo, también pueden ser diseñados por el departamento técnico de JC Bordelet para garantizar una instalación segura y estéticamente cuidada.
En cualquier caso, la capacidad de carga del techo debe ser verificada por un carpintero o por un estudio técnico especializado. Esta etapa garantiza la durabilidad y la seguridad del proyecto. Si la instalación de una chimenea suspendida no es posible, ¿ha considerado una chimenea de suelo?
El cumplimiento de las normativas también es esencial para garantizar una instalación segura. Actualmente, los aparatos deben cumplir la norma EN 16510-2-1:2022. Estas certificaciones garantizan la calidad de fabricación y la seguridad de funcionamiento. Asimismo, deben respetarse las distancias mínimas entre la chimenea suspendida y las paredes o el mobiliario circundante. Estas distancias varían según el modelo, pero suelen situarse entre 50 cm y 1,20 metros. Otro requisito imprescindible es disponer de un conducto de evacuación de humos adecuado, en perfecto estado y conforme a la normativa vigente.
La intervención de un profesional certificado es obligatoria para este tipo de proyecto. Este especialista realizará un estudio estructural completo de la vivienda, velará por el cumplimiento de las normas y coordinará los posibles refuerzos necesarios. Al confiar en un experto de JC Bordelet, se beneficiará de un acompañamiento personalizado, desde el diseño hasta la instalación final.
La instalación de una chimenea suspendida sigue un protocolo preciso, adaptado a la naturaleza del techo. En una losa de hormigón, la fijación directa garantiza una excelente estabilidad. En una estructura de madera, el profesional prevé sistemáticamente refuerzos adecuados para garantizar la seguridad del conjunto.
A continuación, se instalan el conducto de humos y el cuerpo de la chimenea. El profesional se asegura de cumplir estrictamente las normas de evacuación de humos y coloca un sistema de suspensión reforzado. La perfecta alineación del conjunto se comprueba tanto por razones estéticas como para garantizar la estabilidad y el rendimiento térmico del aparato.
Numerosas pruebas completan la instalación: verificación de la verticalidad, control de la solidez de las fijaciones y respeto de las distancias de seguridad alrededor de la chimenea suspendida. También se realizan pruebas de encendido para asegurarse de un buen tiro y una evacuación eficaz de los humos.
Al finalizar estas operaciones, se entrega un certificado de conformidad. Este documento oficial garantiza que la instalación cumple con todos los requisitos técnicos y de seguridad, y puede ser solicitado por su seguro de hogar.